Si bien la carrocería luce levemente más refinada y estilizada, el concepto general tiene pocos cambios. Quizás la reducción de tamaño en los faros delanteros y los retoques de la cabina sean los elementos predominantes de este rediseño, que intenta mostrar una versión más elegante del Mustang GT.
El clásico americano rediseñado por Fabrizio Giugiaro es más ancho y su cabina se extiende hasta el final del sector trasero. Estos cambios sugieren una imagen menos estática. Las diferencias en el frente sin embargo, hacen que el coche pierda rasgos característicos tan bien logrados en el restyling de Ford.
Un elemento interesante es el techo panorámico de cristal, muy de moda en Europa, que confiere esbeltez a la cabina. Como conclusión sobre el rediseño puede decirse que no es muy enriquecedor. Los rasgos más característicos del coche quedaron diluidos en modificaciones poco contundentes. Tampoco hay trazos ni al menos innovaciones osadas que resalten como posibles factores diferenciadores.
Claramente, las líneas de la carrocería no tienen ningún parentesco con el resto de los automóviles que Ford ofrece en Estados Unidos. Lo que sí es influencia directa para Giugiaro, de la Ford de ese país, es el Mustang FR500C, una edición de 25 unidades destinadas a competición que se ofreció especialmente. Se caracterizaba por pesar 200 kilogramos menos que el coche de serie y entregar 100 caballos más, alcanzando una potencia de 500 hp.
Y resulta que el Mustang Giugiaro Concept también utiliza componentes especiales de competición. Su motor V8 de 4.600 cm3 cuenta con agregados como el turbocompresor, un múltiple de admisión mayor y un nuevo sistema de escape de la división especial Ford Racing.
También se destaca la incorporación del sistema de inyección electrónica del Ford GT. Así el concept presentado por Giugiaro también llega a los 500 caballos de potencia.
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